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Sería por finales de noviembre, de 1228, la pedrea del 8, el rey cumplidos los 20 años, cuando el barcelonés Pere Martell ofreció un banquete al rey y acompañantes en la ciudad de Tarragona, aprovechando la ocasión para hablarle de Mallorca y las restantes Baleares. Se decidió la celebración de Cortes en Barcelona, el 21 de diciembre.
Jaime I hizo un discurso sencillo y humano, como los suyos, en el que contó, para quienes no lo conocieran detalles de su nacimiento: “Certa cosa es que’l nostre naximent se feu per vertut de Deu, car no’s volien be nostre pare ni nostra mare, e si fo volentat de Deu ques nasquem en aquest mon. E quan nos vos dixessem les condicions ni les maraveyles que foren al nostre naxement, grans se riean, mas lexar’nos’em, per ço car al començament del libre se demostre. Mas be’u sabem per cert que vos sabets que nos som vostre senyor natural, e som sols, menys de frare e de sor, que nostre pare no ach en nostra mare, e vinguem entres vos jove, de jove de VI anys e mig, e trobam Arago e Catalunya torbats, que los uns volien no’u volien los altres; he havets mala fama per lo mon, per les coses que eren passades”.
Nadie pondrá en duda la claridad de las palabras regias. He convivido con vosotros desde los seis años y medio, Aragón y Cataluña, ¡en guerra!, tenéis mala fama, y esto debe corregirse. Pensó que un buen modo de acabar con las rencillas era unirlos en una gran empresa, hacerles caso y echar balones fuera, yendo a la conquista de Mallorca, incluso pidiéndoles ayuda: “On nos vos pregam molt carament per dues raons, la primera per Deu: per volentat de Deu que’ns endreç en postres affers, e que comenten tals coses, e a vos e a nos, que a El vinga de plaer, que la cosa sia tan gran e tan bona, que la mala fama que es entre vos que’s tolga, car la claror de les bones obres desfa l’escuredat… que nos que’ns donets conseyl e aiuda en III coses: la primera, que nos puscam nostra terra metre en pau; la segona, que nos puscam servir a Nostre Senyor en aquest viage que volem fer sobre’l regne de Maylorques e les altres illes que pertanyen a aquela; la terça, que haiam conseyl de haver, en manera que aquest feyt puscam cumplir a honor de Deu”.
Y les convenció. El Arzobispo de Tarragona ofreció dinero, jinetes y ballesteros; y su ejemplo fue seguido por los demás Obispos de la Corona de Aragón y por los Templarios, la ciudad de Barcelona y el pueblo llano. Había, es cierto, menos entusiasmo en Aragón, que ya apuntaba al Reino de Valencia, pero Jaime I, demostró su habilidad pactando el futuro al firmar con Abu Zeit el Tratado de Calatayud, de ayuda mutua y ventajas territoriales. ¡Craso error pensar que aquí no ‘éramos’! Lean, lea, lean a Chabás, Danvila, Piles y Huici.
En agosto de 1229, según documento que se conserva, el Rey promete tierras a los que le acompañen en la expedición y ya nombra los repartidores: Obispos de Barcelona y Girona, Bernardo de Campaña, Nuño Sancho, conde de Ampurias, Raimundo Alamán, Raimundo Berenguer d’Ager, Ximeno de Urrea y Pedro Cornel. Quizá mañana podamos comprender algunas irregularidades de reparto.
Frenéticos los primeros días de septiembre en Tarragona, Salou y Cambrils, donde la galera ‘Montpellier’ mandada por el propio rey partía hacia Mallorca: “E la quantitat del estol fo aytal que’y ach XXV naus complides, e XVIII tarides, e XII galees, e entre buces et galitos C. E axi foren XL lenys capdals, menys de les barques menudes”. Unos 800 caballeros y 1.300 servidores. Me parece exagerada la cifra que dio Al Macari, de unos quince mil peones.
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En fi a vore que opnieu de este text
SALUTS SAGUNT NO MORIRA.-