La selección valenciana es la única que no juega
victoria murciana. Mista intenta parar al guineano Zarandona.
efe/juan francisco moreno
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A pesar del paréntesis navideño que se toma la Liga, el balón no deja de rodar estos días gracias a las celebraciones de los partidos que disputan las selecciones autonómicas.
J. M. B../Efe, Valencia
Todas menos la valenciana, que este año no ha convocado el habitual encuentro de estas fechas por falta de alicientes. La Federación Valenciana de Fútbol, en todo caso, espera poder celebrar el partido el próximo mes de mayo, a la espera de que la RFEF le otorgue el permiso correspondiente.
La pérdida de interés por la selección valenciana se ha hecho evidente en los últimos años, en los que los futbolistas de mayor cartel no acudieron a la cita. Es el caso de Albelda y Vicente, que en la pasada edición no actuaron. Sin duda, este año hubiera sido una oportunidad de oro para comprobar la respuesta popular a la nueva situación del ex capitán del Valencia en caso de que hubiera aceptado una llamada de Pepe Balaguer, entrenador del combinado autonómico.
De momento, la selección de Murcia inauguró el pasado miércoles por la noche el calendario de los combinados autonómicos en su partido ante Guinea Ecuatorial, un choque aburrido y que estuvo parado durante la segunda parte más de veinte minutos por un apagón en el sistema de iluminación del estadio Cartagonova, en Cartagena. El equipo dirigido por José Antonio Camacho, que compagina la dirección del equipo murciano con su cargo de entrenador del Benfica portugués, sentenció el partido a los veinte segundos de juego con un gol de Toché a pase de Mista.
Anoche jugaron Andalucía y Galicia ante Zambia y Camerún, respectivamente, con Viqueira de titular con los gallegos. El valencianista Joaquín al final no participó con los andaluces. Hoy juega la debutante Extremadura ante Guinea Ecuatorial y Canarias ante Angola, mientras que para mañana está reservado el duelo autonómico más comentado estos días: el Euskadi-Cataluña, que se disputará en un abarrotado San Mamés con el barcelonista Bojan como uno de los granes alicientes deportivos.