Mi experiencia Starbucks

Tras tener mi primera experiencia Starbucks, puedo afirmar rotundamente que esta cadena me parece una auténtica mierda. Pero una gran mierda, de esas que se pueden remover con un gran palo de lo hermosas que son. De hecho, la calificaría dentro de la categoría de "Caca of Big Vaca", que es una de las más apreciadas por su textura y aroma.

Argumentemos: de entrada me recuerda a una de esos bares de la antigua Europa del Este. Estuve en un local de Barcelona, y pedimos una Coca-Cola. No tenemos. Una Fanta de limón. Tampoco. Pues un Kas. Menos aún. ¿Una Schweppes? Nada, sólo tenemos lo que hay expuesto. Que era tés con aroma, pero no precisamente "helados", agua, agua con gas y algún zumo de aspecto curioso. Vamos, que no tomas lo que quieres, sino lo que hay. Si llego a pedir una cerveza o un cubata igual me dan dos tortas. Pero no me atreví, no sea que tuvieran birra extraída de hojas de roble o alguna basura similar. O todo el grupo toma café, o como uno quiera otra cosa, lo lleva claro.

Por supuesto, todo es muy moderno y muy guay, pero tienes que ir a por tu pedido, y llevarlo a la mesa. Y en nuestro caso tuvimos que rogar que alguien nos limpiara la mesa, porque "de oficio" no lo hacían. Eso sí, de barato poco. Aunque sus precios no conllevaba que te pudieras limpiar el culo con papel higiénico, porque en el lavabo de hombres brillaba por su ausencia.

El agua con gas que me tome era de esas de importación con menos fuerza que el pedo de un enfermo terminal, y el sandwich, de glorioso aspecto, era de sabor más insulso. No estaba mal, pero se quedó muy por debajo de las expectativas.

Vamos, que tendran wi-fi, pero por mí se lo pueden meter donde les quepa, porque no me van a engañar más. Seguiré en busca del Santo Grial encarnado en bar tipo Snack's Manolo o similar...