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Introducción

El origen histórico del blaverismo hay que encontrarlo en una cierta rivalidad entre las ciudades de València y Barcelona. Esto es algo, hasta cierto punto, normal. Ocurre muy a menudo entre pueblos o ciudades vecinas y rivales. Sin ir más lejos, entre Sabadell y Terrassa. O entre Alzira y Carcaixent. O entre Benimaclet y Alboraia. El problema viene cuando esta rivalidad, que es algo más o menos humano, deriva hacia una cierta instrumentalización por parte de fuerzas foráneas para crear un conflicto entre dos territorios.

Ubicación de València, Barcelona y Madrid .-

¿Qué significa esto? Pues quiere decir, que, en un cierto momento histórico, esta rivalidad es utilizada por las fuerzas centralistas emanadas de la capital del Estado para, como hemos dicho, crear un conflicto entre Cataluña y el País Valenciano. De este modo, hacen creer al pueblo valenciano que existe un "imperialismo catalán" que pretende "conquistar" y "anexionarse" el País Valenciano. En esta teorización, se parte de cuatro premisas supuestamente históricas y científicas. En primer lugar, la existencia de una supuesta lengua valenciana, diferente a la catalana, la existencia de la cual ese "imperialismo catalán" pretende anular. En segundo lugar, y derivado del tema de la lengua, la veracidad y, digamos, importancia, de la existencia de denominaciones locales para la lengua en la Edad Media (cosa muy normal en Europa). En tercer lugar, la existencia de una bandera valenciana diferente a la catalana, caracterizada por una franja azul. Este ha sido el "dogma de fe" blavero al que quizá se han aferrado con más insistencia, y lo que les ha dado el mote de "blaveros" a los partidarios de estas doctrinas. En cuarto lugar, el hecho de que tras la Reconquista de Jaime I de Aragón, el grueso de los repobladores del País Valenciano no era catalán, sino de otras procedencias.

Vamos, pues, a desmontar estas cuatro premisas, por otra parte fácilmente desmontables: